Éste
está compuesto por un ovario, del que nacen tres estambres amarillos y un
filamento blanco, el estilo, que se divide en tres hebras o estigmas de
color rojo: las briznas o clavos del azafrán. El azafrán, como especia,
procede de los estigmas de esas flores unidos a su correspondiente estilo,
una vez que han sido adecuadamente desecados mediante el proceso descrito
en el apartado correspondiente a la obtención del producto. |
Características
físicas: Desde el punto de vista físico, el azafrán de La Mancha se
distingue fácilmente porque los estigmas rojos sobresalen claramente de
la flor y porque el estilo es de menor longitud que en las flores de otros
orígenes. |
La
relación entre las longitudes del estigma y del estilo será superior a
la unidad, con una tolerancia del 1 %. |
La
longitud del estigma no será inferior a 22 mm, con una tolerancia del 1
%. |
El
contenido en restos florales no superará el 0,5 % en peso, entendiendo
como tales los estilos sueltos de sus estigmas, los estambres, el polen y
partes de pétalos o del ovario de la flor. |
Se
tolerará un máximo del 0,1 % de materia extraña. Se considera materia
extraña cualquier resto vegetal distinto de los procedentes de la flor
del azafrán, minerales (arena, tierra y/o polvo) y cadáveres o partes de
insectos, etc. |
No
habrá presencia de moho ni de insectos vivos. |
Características
organolépticas: |
Olor:
propio del tostado, intenso y penetrante, junto con un ligero aroma a mies
o hierba fina seca con reminiscencias florales. |
Sensación
olfato-gustativa (en infusión): |
percepción
larga y suave, inicialmente amarga, posterior y persistente a mies y
tostado. |
Zona
Geográfica |
Está
situada en el interior de la Comunidad Autónoma de Castilla-La Mancha,
ocupando las comarcas manchegas pertenecientes a las provincias de Toledo,
Cuenca, Ciudad Real y Albacete. |
Método
de Obtención |
La
plantación de bulbos se realiza tradicionalmente desde la segunda
quincena de junio hasta la primera del mes de septiembre. |
Cuando
florece el azafranal se recogen diariamente todas las flores abiertas
antes de que éstas se marchiten, durante un período aproximado de
treinta días comprendidos entre los meses de octubre y noviembre
generalmente, dependiendo de las condiciones climáticas del año agrícola
en cuestión. |
El
corte de la flor requiere gran habilidad, ha de ser seco y preciso para
impedir que los estigmas se separen o desprendan. |
Las
flores se transportan al lugar donde se realiza la monda sin dar lugar al
aplastamiento o al calentamiento de las mismas y se extienden en capas
finas, sin amontonamientos, sobre sacos, lonas o suelo firme para su oreo.
|
La
monda o desbrizne de la flor se realiza siempre el mismo día de su
recolección antes de que pasen más de doce horas desde la misma.
Consiste en el corte de los estigmas unidos a su estilo en la zona donde
éste último comienza a blanquear. |
Para
proceder al tostado, los estigmas desbriznados se colocan en capas de
grosor máximo de 1,5 cm en cedazos harineros de tela metálica fina o
tela de seda del tamaño adecuado a la fuente de calor. |
Durante
un período de entre 20 y 45 minutos, el azafrán se tuesta con el calor
producido por brasas de fuego, estufa o de cualquier otra fuente indirecta
adecuada que proporcione un calor constante y uniforme y que no comunique
sabores u olores ajenos. |
El
azafrán tostado se pesa y guarda en recipientes nuevos y limpios, de
calidad alimentaria, que aíslen su contenido de la humedad y de la luz,
almacenándose hasta su entrega en lugares limpios, frescos y secos. El
envasado se lleva a cabo de manera manual o automática en envases de
calidad alimentaria con un contenido máximo de 100 g, cuyo sistema de
cierre garantice la preservación del producto, almacenándose en lugares
limpios, secos y ventilados cuya temperatura sea inferior a 25 °C. |
Vinculo |
La
formación en el cultivo de esta especia se ha ido transmitiendo de padres
a hijos durante generaciones. El cultivo del azafrán se mantiene durante
un ciclo de tres años en el terreno y luego se traslada a otra parcela
donde no se haya cultivado azafrán, remolacha o alfalfa en los cinco años
precedentes. La importancia de este cultivo, en una zona cuya densidad
media de población es inferior a 9 hab/km2 y que corre un grave peligro
de desertificación, cuyos productores tienen una edad media elevada,
radica en que proporciona a cerca de 10 000 familias la oportunidad de
obtener unos ingresos extras en el perÌodo que media entre el fin de la
vendimia y el inicio de la recolección de la aceituna. |
El
azafrán fue introducido en España durante la dominación árabe. Durante
los siglos VII y IX fue un producto monopolizado por la alta burguesía
andalusí. La cocina arábiga era muy prodiga en condimentos herbáceos,
por lo que en todos los huertos existían semilleros de estas plantas,
principalmente cominos, alcaravea, ajemuz, mastuerzo, anís de grano
dulce, hinojo, anís silvestre, culantro, mostaza, menta, hierbabuena y
perejil. Pero el condimento más importante para la economía musulmana
era el azafrán, usado como colorante y aderezo indispensable en la mayoría
de los platos. |
Posteriormente,
existe constancia escrita del cultivo de azafrán en La Mancha en la obra
Cultivo del azafrán en la Solana de J. A. López de la Osa, de 1897, en
la que se incluyen datos sobre este cultivo de cien años atrás, citándose
un inventario judicial del año 1720 en el que también aparece el azafrán.
|
En
el primer tercio del siglo XIX la Mancha producía el azafrán de mejor
calidad de España, alcanzándose los mayores rendimientos por hectárea
de secano. Está abundantemente documentado el cultivo inmemorial en Pedro
Muñoz, Campo de Criptana y Manzanares (Ciudad Real), en Lillo, Madridejos,
Villacañas, Villanueva de Alcardete y Cabezamesada (Toledo) y en Motilla
del Palancar (Cuenca). |
Pero
la mejor prueba de la existencia de un fuerte vínculo histórico del
cultivo con la región manchega está en las múltiples manifestaciones
culturales que son tradicionales de esta zona. Como toda actividad
grandemente enraizada en una sociedad, el cultivo del azafrán ha dado
lugar a un vocabulario propio de gran riqueza. La tradición del cultivo
del azafrán en La Mancha está también presente en manifestaciones del
folclore típico de la región, en canciones y refranes, y es el tema de
ambientación de la zarzuela que lleva por título La rosa del azafrán
(libreto de F. Romero y G. Fernández Shaw; y música del maestro Jacinto
Guerrero, estrenada en Madrid en 1930). |
Cabe
destacar también la existencia de manuales de divulgación de las técnicas
de cultivo y elaboración, como el anteriormente citado, de J. A. López
de la Osa, o la obra de L. Jiménez Martín El azafranero práctico
(Albacete: imprenta Eduardo Miranda, 1900). |
La
relevancia de este cultivo dentro de las manifestaciones culturales
tradicionales se vuelve a poner de manifiesto con la Fiesta de la Rosa del
Azafrán que se realiza en Consuegra (Toledo), los concursos de monda que
se celebran en La Solana (Ciudad Real) en el marco de sus fiestas
patronales y el Festival de la Rosa del Azafrán de Santa Ana (Albacete). |
Muestra
significativa del carácter tradicional y de la importancia económica de
este cultivo es la costumbre, que aún pervive en algunos pueblos
manchegos, de regalar unas briznas de azafrán a las parejas de novios,
como símbolo del deseo de prosperidad. |
El
azafrán forma parte del patrimonio histórico y cultural de esta región.
La tradición centenaria en el cultivo de esta especia hace que las
personas que realizan los procesos de recolección y monda se encuentren
muy cualificadas en la realización de estas tareas, consiguiéndose la máxima
calidad en la producción final obtenida.
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Copyriht y Fuente:
Ministerio de Agricultura Pesca y Alimentacion |